"JAMÁS LA ESCUELA Y EL DOCENTE PODRÁN SER REEMPLAZADOS POR LA TECNOLOGÍA"

 

    Hace falta la pedagogía del afecto” Una frase que despertó mucho interés en mí y que a partir de ella hay mucho de qué hablar de este contexto educativo 2020.

Frente al contexto de pandemia desde el punto de vista docente nos llevó a miles de desafíos en menos de 48 hs. Se cerraron las escuelas, pero la educación siguió avanzando de la mano de docentes, alumnos y familias. De esto se trata la docencia, de lograr responder a nuevos desafíos, de acompañar al alumno siempre y darles nuevas herramientas para sus aprendizajes.

Si bien es cierto que apareció una incertidumbre total tanto para las familias como para los docentes, no dejamos que esto arrase con nosotros y día a día pudimos llegar a nuestros alumnos a través de llamadas virtulaes, pdf, email, etc. No obstante a esto, faltó ese ambiente del abrazo, del consejo cara a cara, de ese reto por querer llamar la atención, de esa consulta repetitiva, de esa nueva oportunidad porque no durmieron por la noche, de esa compañía mutua, del seguimiento de sus prácticas, etc.

Cuando todo comenzó, me hice una pregunta que siempre me hago para seguir avanzando con ellos en cuanto a mi espacio curricular: ¿Cómo vinculo mi espacio curricular con la cultura e ideas que trae cada alumno de sus casas? Esta vez tuve que modificar varios trabajos para que mis alumnos logren trabajar de una manera totalmente diferente desde sus casas. En su mayoría traté de implementar la clase invertida y contextualizar todo mi espacio en base a sus realidades.

Nuestros alumnos sienten su aprendizaje cuando nosotros estamos muy cerca de su realidad y  no cuando a través de diferentes herramientas tecnológicas queremos llegar a ellos. Estuvimos conectados pero fuera de su contexto, fuera de sus necesidades, fuera de la motivación real; porque lo virtual nos conecta pero no nos une y no logra visualizar que le sucede al alumno.

Es increíble lo que invertimos los docentes este año en la educación, muchos cambios en 8 meses. También veo que este cambio nos ayudó a aprender nuevas tecnologías para implementar en la nueva educación. Nos vimos frente a un nuevo paradigma de educación, la tecnología fue el fuerte de este año.

En cuanto a mi experiencia con mis alumnos: traté de llegar de mil maneras a mis alumnos, en algunos casos logré incentivarlos, otros no les interesó nada en absoluto y en otros logré dejar huellas como docente que significó mucho para mí; ellos me interrogan aún a pesar de haber terminado las clases, para seguir aprendiendo y aplicando teorías en sus prácticas, lograron hacer sus huertas, mantenerlas durante el año, reflexionar y evaluarse.

Aún me falta mucho por aprender, pero esto sé que me servirá para poder seguir guiando, acompañando y fortaleciendo al alumno para que logren ser capaces y autónomos en su trayecto de la vida. Porque “la práctica del docente es la reflexión y acción de transformación  de las condiciones de vida”

En simple palabras, este año como docente me fortalecí mucho de la mano del profesorado con las herramientas que me brindó siempre. De diferentes materias logré ir perfeccionándome año tras año. “Este año será parte de nuestras historias como docentes, que lo vamos a recordar siempre.”


Paola Barrera



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